Israel y los gentiles, entre la obediencia y la desobediencia (Rom 11,30-36)



Hace pocos días leí un artículo bien sugerente de Joseph Frankovic llamado God´s Mercy and Our Disobedience. El texto de Romanos que él interpreta es 11, 30-36 donde Pablo se dirige a los gentiles de la comunidad cristiana de Roma en los siguientes términos: Como también vosotros erais, en otro tiempo, desobedientes a Dios, pero ahora habéis alcanzado misericordia por la desobediencia de ellos,31 así también estos ahora han sido desobedientes, para que por la misericordia concedida a vosotros, ellos también alcancen misericordia,32 pues Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos.33 ¡Profundidad de las riquezas, de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos!, 34 porque, ¿quién entendió la mente del Señor? ¿o quién fue su consejero? 35 ¿Quién le dio a él primero, para que le fuera recompensado?, 36 porque de él, por él y para él son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.

En este texto Pablo está estableciendo la relación de los gentiles con el pueblo elegido. De acuerdo a J. Frankovic el marco de fondo del texto está en la creencia que antes de que el pueblo de Israel recibiera la Ley en el monte Sinaí, los gentiles habían frustrado los planes de Dios negándose a aceptar la Torá. Las naciones habían actuado de manera desobediente delante de Dios. Sólo Israel había respondido favorablemente al ofrecimiento de la Ley de Dios. Esta idea está bien atestiguada en fuentes rabínicas tempranas aunque posteriores a Pablo como la Melkita y la Sifre Devarim (Marc Hirshman, A Rivalry of Genius: Jewish and Christian Biblical Interpretation in Late Antiquity [trans. Batya Stein; Albany: State University of New York Press, 1996], 6). También aparece en otras fuentes, como en la historia de Rabí Hiyya bar Lulyani en el Talmud, quien señala: El Señor del Universo, antes de darle la Torá a su pueblo Israel , iba al rededor de todo el mundo ofreciéndosela a las naciones, pero ellas se negaban a recibirla...En definitiva, lo que está haciendo el texto es una apología del pueblo de Israel: si ellos dicen ser el pueblo escogido es porque los gentiles en algún momento se negaron aceptar la Torá. Ellos tuvieron su oportunidad y de desaprovecharon.

J. Frankovic dice que Pablo en Rom 11, 30-36 está afirmando que precisamente lo contrario ha llegado a realizarse con Cristo. Habiendo rechazado el Evangelio, Israel se ha convertido en desobediente; mientras que los gentiles, aceptándolo, han llegado a ser obedientes a la voluntad divina. Sin mirar a la desobediencia pasada, los caminos inescrutables y misericordiosos de Dios les ha dado a las naciones la posibilidad de responder con obediencia al Evangelio. Por otra parte, a la una vez obediente Israel, Dios le sigue ofreciendo como pueblo elegido la posibilidad de la obediencia al evangelio. Esta es sin duda una idea sugerente.

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