Elementos Generales del 3Enoc


El 3Enoc o Sefer Hejalot es parte de una literatura más extensa conocida como Hejalot.La literatura de Hejalot es el término para referirse a un amplio corpus de materiales, casi todos en estado fragmentario, de diversas épocas, que tiene como tema común un ascenso (a través de cielos o palacios) para conseguir principalmente dos objetivos (no siempre los dos): la contemplación de Dios y el conocimiento de algunos secretos. Los textos suelen ser de dos tipos: los que ponen especial interés en el conocimiento del mundo creado, o cosmología, que es lo que se conoce como “los tratados de la creación" (Maasé Bereshit), que arrancan de comentarios más o menos esotéricos al libro del Gn; y los que se centran principalmente en el conocimiento de Dios, sus atributos, su corte celestial, etc. conocidos con el nombre de Maasé Mercaba, que surgen a partir de comentarios sobre la teofanía descrita en Ez. En los tratados más antiguos (tanto de Bereshit como de Mercabá) el ascenso del místico tenía lugar a través de siete cielos; en los más tardíos, los cielos fueron sustituidos por palacios y a veces se combinaban los dos aspectos: palacio y cielos, preservando cada vez más la visión divina. La literatura de Hejalot refleja la corriente visionaria judía que se desarrolla desde el siglo II al siglo X. Por otra parte, las fórmulas taumatúrgicas para poder apoderarse del conocimiento de los ángeles es otro tema importante . En realidad, uno y otro tema, están íntimamente relacionados.

En este contexto ubicamos al Séfer Hejalot (Libro de Hejalot, que se corresponde con el texto hebreo de Henoc o 3Henoc). En general la temática versa sobre el viaje celestial de Rabí Ismael al cielo donde contempla la visión de la mercabá. La introducción a la obra son los primeros dos capítulos donde se describe como R. Ismael sube por las esferas celestiales bajo la protección del ángel Metatrón. Luego, en los capítulos 3-16 el ángel Metatrón responde a las preguntas de R. Ismael y revela su verdadera identidad: él es Enoc, hijo de Yared, quien ha sido transformado en el espectacular ser celestial, Metatrón. También se presenta en esta sección un material independiente sobre la ascensión de Moisés (15B). Luego, viene una sección sobre angeología y cómo se organiza el mundo celestial (17-22; 25-28,6). En esta sección se presentan tres modelos angelológicos diferentes: a) capt. 17; b) capt. 18; c) capts. 19-22 y 25-28,6. Luego viene una parte que versa sobre el juicio divino (28,7-33,2). Luego, sobre el trisagio celestial (capts. 35-36; 38-40). Después una descripción sobre el Trono y el mundo que le rodea (capts. 22 E; 22C; 23-24; 33,3-5; 34;37). También Metatrón le muestra a R. Ismael diferentes cosas maravillosas: las letras místicas o cósmicas (capt. 41); cosas opuestas que se equilibran por efecto del uso de nombres divinos (capt. 42); el velo del Trono donde todos los acontecimientos pasados, presentes y futuros se reflejan (capt. 45); constelaciones y planetas (capt. 46); los espíritus de los que no han nacido, de los que han muerto, y las almas de los ángeles castigados (capts. 43; 44; 47); temas apocalípticos (capts 44,7-10; 45,5; 48 A). Los nombres divinos se explican en el capt. 48A. También existe un breve fragmento sobre Enoc-Metatrón en 48C. Por último encontramos los nombres de Metatron, los secretos transmitidos a Moisés, la protesta de los ángeles, y la cadena de la tradición (Diez Macho, A., Apócrifos del Antiguo Testamento, Vol IV, p. 207-208. La datación del libro es muy discutida. Mientras que Hugo Odeberg la sitúa en el siglo III, G. Scholem lo hace en un período posterior a Hejalot Rabati en el siglo II. La obra es interesante porque combina el conocimiento propio de Hejalot y la Mercabá con una visión mesiánica de carácter apocalíptica y escatológica . Esta mezcla resulta de la incorporación al texto de varias fuentes selectas que se insertan, con mayor tino en algunas ocasiones que en otras, con un motivo principal: las revelaciones recibidas por Rabí Ismael de parte del ángel Metatrón que no es otro que el personaje bíblico Enoc. Esta obra es también peculiar pues no contiene contraseñas mágicas ni técnicas de ascenso para el viajero.

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