Juan Bautista como Ángel


Estuve leyendo un libro muy bueno llamado The Mystery of God (Rowland, C., and Morray-Jones C) y pienso ir poniendo entradas sobre aspectos que más me han llamado la atención. Uno de ellos es el análisis que se hace en un momento de la figura de Juan Bautista. Los sinópticos relacionan a esta figura con el mensajero apocalíptico que precede el gran y terrible día del Señor de acuerdo a Mal 3,1: He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí: y luego vendrá á su templo el Señor á quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, á quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos. Además Juan se relacionaría con Ex 23,20: He aquí yo envío el Ángel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado. En ambas lecturas la palabra hebrea para mensajero y ángel es la misma . El texto de Ex 23,20 es también importante en la temprana literatura mística judía (Hejalot) porque se ocupa para probar la creencia en el ángel Metatrón, cuya grandeza deriva de la posesión del nombre divino. La identificación de Juan Bautista con un ángel se encuentra ya en Orígenes quien, en su comentario al evangelio de Juan (2.25 ), interpreta Jn 1,6 (Fue un hombre enviado de Dios el cual se llamaba Juan) relacionándolo con el ángel que aparece en el libro pseudográfico judío La oración de José. En este texto aparece un ángel que toma la forma humana para ser testigo de la luz: Yo soy Jacob, quien habla contigo, también soy Israel, un ángel de Dios, un espíritu que gobierna. Abraham e Isaac fueron creados antes que cualquier obra. Pero yo, Jacob, a quien los hombres llaman Jacob, pero cuyo nombre es Israel, soy a quien Dios llamo Israel, que significa el hombre que ve a Dios porque yo soy el primogénito de todo ser vivo a quien Dios dio vida…Cuando yo subía desde Siria Mesopotamia, Uriel, el ángel de Dios, vino y me dijo que yo (Jacob-Israel) había descendido a la tierra y que yo había habitado entre los hombres y que había sido llamado por el nombre de Jacob. Él me ha enviado y ha batallado conmigo y ha luchado conmigo y que su nombre y el nombre que esta sobre todo ángel estaría sobre mí. Yo le dije su nombre y que rango él tenía entre los hijos de Dios. ¿No eres acaso Uriel, el octavo después de mí, y Yo soy Israel el arcángel del poder del Señor y el capitán en jefe entre los hijos de Dios?¿No soy acaso Israel el primer servidor delante del rostro de Dios? Este texto es bien iluminador porque nos habla de la identidad de Jacob como la encarnación del prominente ángel Israel. El modo de exponer esta idea es bien similar al de Jn 1,14 cuando se habla de la encarnación del Logos, que también de acuerdo a algunas fuentes (Filón), se entendía como un ángel excelso. Ahora bien, si la verdadera identidad de Juan es angelical, ¿cómo entender el texto de Mt 11,11? Recordemos que allí leemos: De cierto os digo, que no se levantó entre los que nacen de mujeres otro mayor que Juan el Bautista; mas el que es muy más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él. La interpretación que comúnmente se hace supone que Juan Bautista, aunque no es un ser humano ordinario, ha nacido de una mujer (Eclo 49,14). Esta lectura toma como evidencia el relato del nacimiento del Bautista de Lc, que de hecho Mt no conoce. La verdad es que se puede interpretar este dicho mateano de manera distinta. Si no hay nadie más grande entre los nacidos de mujer que Juan es precisamente porque éste es un ángel exaltado y no ha nacido de mujer. A pesar de esta grandeza, continúa el relato, el último en el Reino de Dios es más grande que él. En otras palabras, todo aquel que se identifica con Jesús es superior a Juan. Y es que Jesús representa una figura angelical aún más grande: el Hijo del Hombre (Mt 10,32; Lc 12,8). Por otra parte, en Mt 11 también se nos dice que Juan es Elías que debía de regresar. Es este el mismo Elías que algunos de los discípulos de Jesús en la transfiguración de su maestro contemplaron glorioso junto a Moisés y a su maestro. Esta es la verdadera identidad del Bautista, la que permanecerá oculta para los demás discípulos y para quienes no entienden quién es Jesús. Para más detalles:Rowland, C., and Morray-Jones C., The Mystery of God, p.115-116

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